Fernando Alonso. Kimi Raikkonen. Si alguno de ellos puede parar a Lewis Hamilton, que ostenta la corona de esta temporada, ellos son los más probables para conseguirlo. Diecisiete puntos separan a los tres competidores, y todavía está por verse qué sucedera en China y Brasil. El campeonato de conductores de este año está siendo el más apretado y el más emocionante de los últimos años.
Durante la era de Michael Schumacher había un montón de batallas tensas por el título, pero había también un montón de ocasiones en las que el alemán ganó por una gran diferencia. Los expertos opinan que su ausencia ha nivelado las cosas, y por eso, para encontrarnos con situaciones parecidas a la de esta temporada es necesario desempolvar los libros de la historia de la Fórmula 1.
Retrocedamos veinte años, 1986, para destapar una batalla épica similar a la que estamos viviendo esta temporada. En la temporada de 1986 los pilotos no eran los mismo que hoy día vemos en los circuitos, obviamente, pero todos ellos nos son conocidos por que ya ocupan un lugar en la historia de este deporte. Los protagonistas en cuestión eran Nigel Mansell y Nelson Piquet que corrían para Williams, Alain Prost, con la desaparecida Lotus y Ayrton Senna que competía para McLaren. Todos ellos sudaron hasta la última gota para llegar a un final de temporada bastante apretado.
Con tres carreras por disputarse, los cuatro pilotos estaban dentro de las opciones para conseguir la corona del campeonato de pilotos. Y fúe en Portugal donde se celebraba la antepenúltima prueba del campeonato. Mansell, conduciendo el Williams Honda con motor FW11, era el líder con 61 puntos. Había ganado ya cuatro carreras, pero Nelson Piquet, su compañero de equipo tampoco parecía tener intención de ponerle las cosas fáciles. Juntos habían afianzado ya el título de constructores para Williams. Las relaciones entre los dos pilotos, sin embargo, se habían ido tornando poco amistosas a medida que ambos se veían con opciones al título de pilotos, creo que esto me suena a algo muy reciente.
Apenas tres puntos separaban a Piquet de Prost. El francés, que había ganado su primer título de conductores el año anterior, tenía que defender su título. Contaba con tres victorias en la temporada y había acabado en los puntos en otras siete carreras, manteniendo vivas las opciones al final de la temporada. Queda por último el recién llegado, el forastero de aquella época, Senna, que contaba con 48 puntos. Aunque había ganado sólo una carrera, el brasileño había conseguido bastantes puntos en el resto de pruebas de esa temporada. Mansell, sin embargo, era el piloto dominador ese domingo, liderando desde el principio una carrera que le llevaría a la victoria por delante de Prost y de Piquet. Senna, que había estado corriendo en segundo lugar, cayó al cuarto puesto después de quedarse sin combustible en la vuelta final.
El resultado de la carrera de Portugal dejó a Senna fuera de las opciones al título, con una diferencia de 19 puntos del líder, Mansell. Piquet y Prost, sin embargo, continuaban con opciones y en la penúltima carrera en México ambos consiguieron reducir aún más la ventaja del conductor británico. Después de un comienzo terrible, Mansell conseguía acabar la carrera en quinto lugar y aunque Gerhard Berger de Benetton ganó, Prost y Piquet en segundo y cuarto lugares añadieron seis y tres puntos respectivamente a sus cuentas.
Así la lucha por el título se decidiría en la carrera final, que por aquel entonces se corría en Australia, curiosamente ahora es la que abre los mundiales. Todas las apuestas apuntaban a Mansell como claro favorito, con 70 puntos, con una ventaja sobre su compañero Nelson Piquet (63) y Alain Prost (64) del siete y seis puntos. En la clasificación, Mansell afianzaba aún más su condición de favorito consiguiendo la pole con un margen significativo de 0.311 segundos. El día de la carrera, sin embargo, el destino no estaba de parte del británico.
Otro mal comienzo hizo que Mansell perdiese el liderato de la carrera manteniendose en un segundo puesto, pero una importante avería en uno de sus neumáticos en la vuelta 64 hizo que el británico quedase fuera de carrera estrellando su coche en la curva de Adelaida. Temiendo un problema similar en el coche de Piquet, el equipo Williams decidió llamar al brasileño a boxes para una parada preventiva, con lo que otorgaron la victoria, y el segundo título consecutivo de pilotos a Prost.
Sería difícil no establecer comparaciones a la lucha que estamos viviendo actualmente. Y las predicciones, precisamente viven de este tipo de comparaciones. Esta temporada tenemos un bi-campeón del mundo, un ganador consumado en las carreras y un muchacho al que apodan novato, cualquier cosa podría suceder en las últimas carreras de 2007, pero si algo podemos aprender de la historia es que vivieremos un final de temporada muy emocionante.
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