Para los medios españoles, los colegas ingleses son unos mentirosos, pues entienden que nuevamente intentan tapar el sol con un dedo para que la luz no refleje el favoritismo de la FIA para con el piloto moreno.
Pero la prensa anglosajona sostiene que la reacción de los españoles es tan exagerada (coincido) como lo fue la opinión de Alonso. Ellos sostienen que “sólo hubo siete minutos de retraso” en la penalización a Lewis y que en contrapunto Alonso tuvo más de 40 vueltas para revertir su novena posición en la carrera.
Es el caso de Mark Hughes, un analista y columnista de la F1 en las transmisiones de la BBC, quien está seguro de que el proceso de la penalización fue correcto. “Lo que pasó el domingo fue todo lo contrario a una manipulación. Sólo fue una respuesta sistemática sin tener en cuenta a quién beneficiaba o perjudicaba”, argumenta el inglés.
Para Hughes, si existió una demora en hacer práctica la sanción, esta se debió a que Charlie Whiting, (el director de carrera) estaba más preocupado en el accidente de Mark Webber que en cualquier otra cosa que pudiera haber sucedido en los minutos siguientes a la carrera. Pero una vez resuelto el accidente de Webber con Kovalainen, Whiting se puso a recopilar imágenes del helicóptero e información del coche de seguridad, ya que tenía “dificultades para establecer una penalización a Hamilton.” Y una vez repasadas las imágenes el director de carrera “se convenció que se había cometido una infracción sólo después de haber recopilado toda esta información.”
Para reforzar este punto de vista, el periódico The Guardian citó a los comisarios de la FIA, quienes aseguran que el procedimiento seguido en la sanción para Hamilton fue el correcto pues “sólo hubo siete minutos de retraso en imponer la sanción a Lewis, y no las veinte vueltas que asegura Alonso”. Y repasan… desde que Hamilton adelantó ilegalmente al coche de seguridad y se anunció la investigación, pasaron siete minutos. Después, pasaron otras cuatro vueltas hasta que se anunció la penalización, momento en el que Hamilton tiene otras tres vueltas para cumplirla.
Pero en los medios españoles consideran que esta cuenta es una mentira. Ellos sostienen que pasaron once vueltas o veinte minutos desde que Hamilton incumple el reglamento hasta que se anunció el inicio de la investigación.
El accidente de Webber tuvo lugar al final de la vuelta nueve, justo cuando Sebastian Vettel pasa por la línea de meta iniciando la décima vuelta se anuncia la salida del coche de seguridad. En esa misma vuelta se produce la infracción de Lewis Hamilton, cuando el coche de seguridad salta a la pista y Lewis y Alonso pasan por meta. En la siguiente vuelta, la undécima, entra Lewis Hamilton a repostar, pero Fernando Alonso ya no está detrás de él. Desde entonces, nadie se percata hasta que oficialmente se lo penaliza al moreno en la vuelta vigésimo quinta, tiempo suficiente consideran ellos, para que Lewis Hamilton abriera un hueco insalvable sobre Kobayashi de casi doce segundos. Lewis entra a boxes cumplir su pase y siga y regresa a la pista sin perder posición.
Si Hamilton cumplió correctamente la penalización y todo el proceso se llevó a cabo perfectamente bajo las normas legales, precisas e imparciales (apuntan irónicamente los españoles) entonces el reglamento falla. O fallan los comisarios o el director de carrera, lentos a la hora de imponer una sanción de forma inmediata, en un deporte en el que el tiempo es oro.
Personalmente considero que aquí lo que falla es la norma del safety car. Es cierto que Hamilton ha sido beneficiado en algunas oportunidades, (la más alevosa recuerdo, en el 2007 cuando se fue de pista en Ñürburgring y fue devuelto a pista por la grúa), pero en este caso no se trata de cubrir a Lewis. Aquí hubo un accidente tan preocupante que el de Kubica en Canadá que posteriormente dejo al desnudo las falencias de esta norma estúpida. Ferrari no tendría que mostrarse indignada, de lo contrario también tendrían que renegar de la Copa de Constructores que ganaron en 1999 cuando la FIA terminó resolviendo luego de la carrera de Malasia que sus deflectores de pronto estaban dentro de la legalidad, aumentando para la ocasión el margen de la legalidad. Por nombrar uno de los tantos ejemplos de inmunidad en tiempos en los que el actual presidente de la FIA, vaya casualidad, encabezaba el rumbo de la Scudería.
Fernando Alonso tendría que decir mucho menos. O se olvidaron los españoles que su victoria en Singapur fue fruto de una manipulación que su escudería hizo de la carrera. Acaso la manipulación más grande que existió en la historia de la F1, porque pusieron en peligro la dignidad y la vida de un piloto de F1 para que su compañero ganara.
En Singapur fueron ellos los que provocaron la salida del safety car, haciendo que de la nada Nelsinho se pegara en el paredón. Seguro que Nelsinho es tan culpable como Fernando, pero manipularon el resultado y una carrera de la nada. Y al asturiano nunca lo escuche renegar de ese triunfo. Se ha mostrado tan orgulloso de esa victoria por haber partido muy retrasado (decimosexto si mal no recuerdo), que todavía se cree que la ganó sólo él.