Porque me levanto de madrugada a ver los entrenamientos? ser aficionado de la F1 es una obsesión interminable. para algunos, este puede ser el castigo que dante olvidó describir: asistir por horas y horas a la monotonía insuperable de una espera que no acaba nunca, pero que se anuncia a cada instante
vivimos por esos segundos de emoción en medio de décadas de tedio.
No, esos testes de pretemporada no consiguen decirme nada. Los jueves nunca puedo sacar una conclusión que pueda gritar al viento, simplemente veo pilotos y carros dando vueltas y vueltas en medio de la incómoda debilidad del cansancio. de vez en cuando me levanto, abro el refrigerador y en medio de la oscuridad me regalo una cerveza. vuelve el zombie frente a la pantalla, los ojos cansados, el cuello dolorido.
No, esos testes de pretemporada no consiguen decirme nada. Los jueves nunca puedo sacar una conclusión que pueda gritar al viento, simplemente veo pilotos y carros dando vueltas y vueltas en medio de la incómoda debilidad del cansancio. de vez en cuando me levanto, abro el refrigerador y en medio de la oscuridad me regalo una cerveza. vuelve el zombie frente a la pantalla, los ojos cansados, el cuello dolorido.
Claro que la próxima madrugada me levanto nuevamente. Me levanto en medio de la noche, sin hacer ruido apra no despertar a Lorenzo, voy a la cocina furtivo a robar mi cerveza, y me siento en el puff para recibir un poco de mi pasión adictiva. entonces comprendo: es por ese prurido inestimable que la cama me estaba incomodando. esa sinfonía de motores, ruido angelical que despierta mis oídos. venticuatro abejas zumbando como una plaga de Egipto para arrasarme los tímpanos.
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