F1 - El mundo de la fórmula uno

Es el mensaje que esta tarde le ha dejado el británico Lewis Hamilton a sus rivales. El moreno, que largaba tercero detrás de las Ferrari, aplicó una mejor estrategia que los muchachos de Maranello y se quedó con la victoria en un lluvioso GP de Mónaco, donde Kubica y Massa completaron el podio.
Hamilton sacó provecho de la lluvia, del caos -como en Fuji del año pasado-, se puso el mameluco y con un contundente ritmo de carrera se anotó otro Gran Premio especial. Un GP en el que Ferrari erró las estrategias, en el que Raikkonen y Alonso se equivocaron feo y donde Adrian Sutil con un Force India fue la estrella.
El de Mónaco es el quinto triunfo personal de Hamilton en la F1, el 17º de McLaren en el callejero, pero sin dudas la más disfrutada por el joven maravillas. Porque es Mónaco pero también porque lo devolvió a la punta del campeonato, que había perdido por allá en España luego de haber arrancado ganando en Australia a comienzos de año.
La lluvia confirmó los pronósticos que se tenían para este fin de semana y la primera media hora de carrera se llevó a cabo con el piso mojado. Entonces el caucho intermedio fue el elegido por los pilotos y Hamilton, que partía en la segunda fila, se metió entre las Ferrari ni bien se dio la largada, superando a Kimi Raikkonen antes de llegar a la primera curva de St Devote.
Con la ventaja de la pole, Massa picó en punta pero con el moreno siguiéndole la huella hasta que el moreno en la quinta vuelta le dio al guardrail a la salida del viraje de la piscina y pincho e neumático trasero derecho. Fue el primer incidente de la carrera y parecía que todo se acababa temprano para el inglés. Pero el sesudo trabajo aplicado desde boxes y una rápida recuperación le abrió nuevamente la carrera a Lewis, y a partir de la vuelta 33, cuando paró el puntero Massa, construyó la victoria hasta el final.
Pudo haber sido de Robert Kubica. El polaco en algún momento de la carrera fue líder gracias un despiste de Massa cuando marchaba como sólido puntero. Pero no pudo concretarla luego de su parada. Pudo haber sido también del brasileño de Ferrari quien hasta su despiste sorprendía a todos por su firmeza con el agua bajo las ruedas. Pero no fue.
Ferrari peco de especulativo y demoró en mandar a sus pilotos con el caucho liso cuando ya había secado la pista, esperando que la lluvia volviera otra vez a causa de un nuevo pronóstico mojado que había aparecido en mitad de la carrera.
Hay que rescatar los pocos abandonos que tuvo esta edición de Mónaco teniendo en cuenta las anteriores en las que hubo lluvia. Cuando se esperaba que la falta de tracción complicara las cosas, sólo seis coches no llegaron hasta el final.
Pero también hay que rescatar los que anotaron después del podio. Lo de Mark Webber que mantuvo la racha de llegar en los puntos y se quedo con el cuarto puesto. La grandiosa actuación de Sebastian Vettel que con el nuevo Toro Rosso estrenándolo allí en Mónaco obtuvo el quinto puesto. La vuelta de Rubens Barrichello a la zona puntuable, no sumaba desde Interlagos 2006, quien llegó sexto. La compensación de Nakajima que a falta del abandono de Rosberg, le dio a Williams dos puntos llegando en el séptimo lugar. Y el octavo puesto que ha conseguido Heikki Kovalainen, que largaba cuarto, pero su auto no quiso arrancar y tuvo que hacerlo luego desde boxes.
Sin embargo, más allá de Hamilton que realizó una carrera casi perfecta y de los siete restantes que llegaron en los puntos, hay que decir que el hombre de la carrera fue uno que no está en los puntos, ni en lo clasificados.
Estoy hablando de Adrian Sutil. El alemán realizó una carrera espectacular con el Force India, partiendo desde el 19º lugar, que lo había llevado hasta el cuarto lugar. Ya no tenía que parar y sólo tenía que controlar a un tal Kimi Raikkonen con una Ferrari. El sueño estaba a punto de convertirse en realidad. Pero inexplicablemente, el campeón del mundo perdió el control de la rossa cuando seguía a Sutil, a la salida del túnel, y a falta de nueve vueltas para el final, Sutil fue impactado desde atrás por el fines provocándole el final y muchas lágrimas.
Por el golpe, Kimi tuvo que pasar una vez más por los pits, lo que lo dejó fuera de los puntos y de la punta del campeonato. Para Ferrari todo un golpe y una frustración teniendo en cuenta que habían copado la primera fila.
Pero errar con las estrategias se paga caro y Ferrari lo pagó desde el vamos. Porque a Raikkonen le pusieron los neumáticos fuera de tiempo en la grilla y tuvo que cumplir una penalización de pase y siga por los boxes. Y porque con Massa esperaron más de la cuenta para definir la estrategia de carrera una vez que paró la lluvia.
En circunstancias difíciles otra vez Hamilton volvió a marcar el camino, pues habrá que seguir la flecha.