A unos meses de haber visitado la República Argentina y tras haber efectivizado su retiro de la Fórmula 1, el diario deportivo Olé publicó en su sitio de Internet una nota realizada al escocés David Coulthard.
Desconozco si las declaraciones que realizó el británico son actualizadas o si las hizo tras su presentación con el Red Bull en el Obelisco de Buenos Aires, pero tienen mucho valor y me pareció oportuno reproducir las preguntas, que le realizó Martin Urruty, en Mundoefeuno.
El escocés habla de Senna, de su viejo compañero Mika y asegura que en diez años la gente no lo reconocerá por haber sido segundo. No obstante, no atribuye a la suerte el hecho de no haya sido campeón. Todo un caballero que la Fórmula 1 no volverá a tener. Se fue un playboy con esencia. Que era tan veloz en la pista como con las polleras. Lo vamos a extrañar.
¿Cómo te gustaría ser recordado en, digamos, diez años?
El escocés habla de Senna, de su viejo compañero Mika y asegura que en diez años la gente no lo reconocerá por haber sido segundo. No obstante, no atribuye a la suerte el hecho de no haya sido campeón. Todo un caballero que la Fórmula 1 no volverá a tener. Se fue un playboy con esencia. Que era tan veloz en la pista como con las polleras. Lo vamos a extrañar.
¿Cómo te gustaría ser recordado en, digamos, diez años?
Pienso que pocos recuerdan a los que salieron segundos, sea en los Juegos Olímpicos o lo que fuere... Nadie se acuerda de los medallistas de plata. Por lo tanto, creo difícil que la gente me recuerde en diez años. Siempre traté de competir dentro de las reglas y me gusta imaginar que seré recordado como un buen deportista. Otros pueden ganar haciendo trampa, pero no muchos pueden ganar respetando las reglas y espero ser recordado por eso.
¿Que no hayas ganado un título, ¿fue sólo una cuestión de suerte?
No. Creo que eso depende del talento y de la aplicación y desarrollo de ese talento. Sé que cuando todo estaba bien, yo podía ser tan bueno como Schumacher o rápido como Häkkinen. Y terminaba en el podio con ellos. No le echaría la culpa a la suerte: hice mi trabajo lo mejor que pude, quizá me faltó más consistencia...
¿En tu autobiografía, escribiste que sentías que Ron Dennis tenía una relación más cercana con Häkkinen que la que tuvo con vos?
Sí. Cuando Mika sufrió su accidente en Australia 1995, y estuvo en coma, creo que la relación se hizo más cercana. Durante un par de años Ron no lo aceptaba, pero luego lo admitió. Y está bien. Esto no desmerece lo que hizo Häkkinen: fue un gran piloto, muy rápido, ganó dos títulos y yo, ninguno.
¿Cómo describirías tu relación con Dennis?
Era bastante inusual: en ocasiones, él era muy abierto y amigable; en otras, muy diferente. El lleva adelante un negocio de millones de libras y yo era sólo un piloto. Pero siento un gran respeto por Ron y reconozco lo que ha hecho.
La primera victoria de Häkkinen, en Jerez 1997, fue gracias a tu colaboración y la de Villeneuve. También lo ayudaste a que ganara por segunda vez, en Australia 1998. ¿Estás arrepentido?
A nadie le gusta correrse y regalarle una victoria a otro piloto, pero yo seguía instrucciones del equipo, que me pidió que hiciera eso. Siempre fui obediente esperando obtener los beneficios de esa actitud.
¿Por qué la relación de McLaren con Alonso en 2007 fue tan mala?
Respeto lo que hizo Fernando. El llegó como bicampeón, fue contratado para liderar ese equipo y llevarlo de vuelta al título. De repente, las condiciones cambian, no recibe el trato esperado y se da cuenta de que ya no quiere estar ahí. Eso no es debilidad, es fortaleza. Tuvo la firmeza de decir: "No firmé contrato para esto, no lo quiero", en un momento en el que estaba sentado en un auto ganador. Tengo un gran respeto por Fernando Alonso: es uno de los hombres más tranquilos de la F-1, pero a la vez un piloto increíble, con enorme dedicación.
¿Cómo fue la experiencia de haber trabajado con Senna en Williams?
Ayrton era una asombrosa figura a la que yo seguía desde antes de convertirme en probador de Williams, y lo respetaba. Pero al ser piloto de pruebas recibí una gran instrucción: él dedicaba mucho tiempo a explicar qué necesitaba del auto y cuando mirábamos los datos de la telemetría podía compararme... Nunca pensé que su muerte me daría la oportunidad de debutar en F-1. No lo reemplacé: él era irreemplazable. Sólo traté de aplicar lo que había aprendido.
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