F1 - El mundo de la fórmula uno

Sebastian Vettel decía el sábado que no sabía si se vería “una carrera apasionante o bien una procesión muy aburrida”. Por más que la emoción de ver a Fernando Alonso perseguir al alemán primero y después volar en solitario hacia la victoria mantuvo en vilo a la afición española, el GP de Bahrein se acercó más a la procesión. En ello estuvieron de acuerdo todos los protagonistas.

“Todo se reduce a la salida y a no cometer errores después. Adelantar es imposible salvo que el coche que te preceda tenga un problema” dijo Schumacher.

Alonso está de acuerdo: “La temporada estará marcada por la calificación y por la salida”. Hamilton quisiera ser más optimista y crer que puede cambiar cuando pilotos y equipos le cojan el truquillo a las gomas, pero tuvo que reconocer que Bahrein “no fue precisamente una carrera emocionante en cuanto a adelantemientos”.

La decepción de las reglas

Se había especulado mucho sobre si las nuevas reglas podrían aportar aire fresco y solucionar el problema de la falta de espectáculo. Se pensaba que premiando las victorias en forma de puntos ‘extras’ y sobre todo obviando los repostajes se forzaba a los pilotos a atacar. Pero no es así, sino todo lo contrario. En los inicios de carrera, con los coches tan pesados por la carga de combustible, es impensable adelantar, y menos aún en Bahrein, donde salir de la trayectoria es perder adherencia. Hamilton, por ejemplo, recibió órdenes tajantes en los inicios de carrera cuando perseguía a Rosberg: “Si no puedes adelantarlo ya, desiste, porque te cargarás las gomas”.

Prost, el último campeón sin repostajes, en 1993, confía en que los pilotos se acostumbren. Alguno ya ha comprobado que se puede atacar más de lo que se hizo.

Pero los máximos responsables de la F1 están preocupados por esta falta de adelantamientos, por más que algunos ingenieros insinúen que el problema no es de los coches sino del trazado de las pistas. Claro que esta tesis se viene abajo en Bahrein, un kartódromo gigante con tres largas rectas y curvas muy lentas, a priori favorables al adelantamiento.

El ‘kers’ de McLaren

El domingo ni siquiera McLaren pudo sacar provecho de su invento, el ’stallegate’, como le llaman, que coloca al alerón posterior en pérdida en las grandes rectas. A priori ello (a partir de los 280 km/h) les debe dar de 6 a 8 km/h. más de velocidad punta. Es decir, ganar 2,2 metros por segundo al adversari, 14 metros en 6″, la distancia justa para adelantar –un efecto kers gracias a la aerodinámica–, si el rival no dispone de un artilugio similar y si se pudiera entrar lo bastante cerca del rival en la recta. Es aquí donde está el meollo de la cuestión: con tanto alerón y difusor, con neumáticos delanteros tan estrechos, abordar un viraje a rueda del adversario es crítico, demasiado arriesgado.

Martin Whitmarsh, de McLaren, cree que deberían ser obligatorias dos paradas para cambiar ruedas. La diferencia de rueda usada o goma nueva es significativa, incluso mayor que si es blanda o dura, y podría potenciar situaciones de adelantamiento. Una chapuza para intentar maquillar un problema: el que conlleva la excesiva preponderancia de la aerodinámica.

Como dijo De la Rosa: “un F1 es ahora un difusor equipado con un motor”