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A mí me gusta Melbourne

martes, 23 de marzo de 2010


En nuestro pequeño mundillo de F1, no cabe mucho espacio para realidades. Estériles circuitos en medio de la nada, o absurdas estructuras en países que poco se importan con la batalla, o neuróticos trazados en calles estrechas, reciben a horrorosas máquinas llenas de curvas y dientes. Perdidos en medio de velocidades espeluzmantes, poco podemos entender que ESO es un carro, y que algun dia estaremos al mando de un KERS o cambiándole el difusor a nuestro entrañable cacharro.

Quien sabe por eso, pilotos ingenieros y CEO's se ven con el derecho de hacer declaraciones que en un ámbito más real serían consideradas poco más que idiotas. imagínate solo si tu compañero de carrera de Kart te propone validar un atajo en medio de la carrera: con seguridad nadie lo llamará el siguiente fin de semana. 

Pero en la F1, ese universo mimado que eructa dinero, ex-pilotos pueden regresar a los 41 años y pretender ganarlas todas, perdedores pueden hacer la más optimista de las declaraciones, campeones mundiales pueden arriesgar una humildad plastificada, todo, que nosotros los escucharemos y aplaudiremos. Los neumáticos pueden defender el medio ambiente pintándose de verde, los carros pueden desfilar por dos horas sin un solo sobrepaso, o la noticia puede ser un castor corriendo en medio de la pista, todo, nuestros ojos lucinados festejarán la más idiota de las noticias.

por eso me Gusta Melbourne. quien sabe por eso a todos les guste tanto. Melbourne no es un espacio rural sin nexo con su entorno, ni un intento bizarro de llevar 300 km/hr donde obviamente caberían 50 km/hr (sí, en Mónaco). Melbourne es un verdadero circuito, me animo a decir que realizado con la filosofía ideal de lo que debe ser una pista de F1.

Localizada en medio de la ciudad, pero en medio de un parque, Melbourne es una fiesta: al final de cuentas a divertirnos hemos venido, nadie aqui debería tomarse esto de F1 tan en serio. Y es por su vez un circuito emocionante, que se resiste a carreras nocturnas, tilkecurvas abruptas, o infraestructuras grandiosas. no, Melbourne no apela a las banderas Kistch que nos rodean, y mantiene su aire fresco y su paisaje verde. 

Felicidades Melbourne, pues has logrado lo que pocos GP's pueden: tener la aprovación unánime de este mundillo de locos que de madrugada se sientan alrededor del mundo en sus sofás, agarrados a un sudoroso control remoto, para ver un montón de máquinas extrañas acelerar hasta velocidades que nadie comprende.

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