Desde la pérdida de Ayrton Senna en aquel muro desnudo de Tamburello, la Fórmula 1 ha evolucionado enormemente en el aspecto seguridad. No sólo la que debe mostrar el coche, sino también la que deben mostrar los trazados. Y luego del accidente de ayer de Heikki Kovalainen quedó claro que McLaren y Montmeló han cumplido a la perfección.
El piloto finlandés sufrió un espectacular impacto contra los neumáticos de contención a casi 260 km/h, mas o menos la misma velocidad a la que se pegó Senna con el Williams.
El piloto finlandés sufrió un espectacular impacto contra los neumáticos de contención a casi 260 km/h, mas o menos la misma velocidad a la que se pegó Senna con el Williams.
Sin embargo la distribución de las filas de gomas para contener un posible impacto, como finalmente sucedió, fue realizada de manera inteligente para lograr una mayor efectividad.
¿Cuál fue la manera inteligente? Según reveló el director del área deportiva del circuito español, había tres filas pero se añadieron dos más bien gordas y hundidas a 15 centímetros en el suelo, para que la línea entre neumáticos sea distinta a la altura del morro del F1, de manera que en el impacto, el coche no separe las gomas, le cueste penetrar las cinco filas y estas absorban la desaceleración.
Gracias a ello, Kovalainen seguramente podrá estar el 11 de mayo corriendo en Turquía y no internado en terapia intensiva o viendo la carrera por televisión enyesado en una pierna.
Un shock cerebral y la cara toda roja (en el hospital descubrieron que era pintura de los neumáticos, que habían atravesado la visera) fueron los únicos sustos que demando el accidente. "Tuvimos suerte porque golpeó en el metro 170 ó 175 de la nueva zona, aunque cuando lo ví, pegué un salto terrible" comentaba un integrante del sector de la seguridad vial del circuito, a quien Charlie Whiting, director de seguridad de la FIA, felicitó por el excelente trabajo del servicio médico y de extracción.
Por su parte el doctor de McLaren, Aki Hintsa aseguraba estar feliz con la evolución de Heikki.
"Teniendo en cuenta el impacto que ha sufrido, su evolución está siendo muy buena," declaraba el profesional.
¿Cuál fue la manera inteligente? Según reveló el director del área deportiva del circuito español, había tres filas pero se añadieron dos más bien gordas y hundidas a 15 centímetros en el suelo, para que la línea entre neumáticos sea distinta a la altura del morro del F1, de manera que en el impacto, el coche no separe las gomas, le cueste penetrar las cinco filas y estas absorban la desaceleración.
Gracias a ello, Kovalainen seguramente podrá estar el 11 de mayo corriendo en Turquía y no internado en terapia intensiva o viendo la carrera por televisión enyesado en una pierna.
Un shock cerebral y la cara toda roja (en el hospital descubrieron que era pintura de los neumáticos, que habían atravesado la visera) fueron los únicos sustos que demando el accidente. "Tuvimos suerte porque golpeó en el metro 170 ó 175 de la nueva zona, aunque cuando lo ví, pegué un salto terrible" comentaba un integrante del sector de la seguridad vial del circuito, a quien Charlie Whiting, director de seguridad de la FIA, felicitó por el excelente trabajo del servicio médico y de extracción.
Por su parte el doctor de McLaren, Aki Hintsa aseguraba estar feliz con la evolución de Heikki.
"Teniendo en cuenta el impacto que ha sufrido, su evolución está siendo muy buena," declaraba el profesional.
Desde la escudería de Woking se reveló que el MP4-23 del nórdico quedó completamente inutilizable, ya que una sección de unos 450-500mm se rompió en la parte delantera del chasis, aunque quedó claro que la flecha de plata también estuvo a la altura de Montmeló.
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