Según ha revelado de forma anónima un integrante de la escudería Red Bull, el piloto australiano no quería el alerón delantero que se le fue quitado para ponérselo a su compañero Vettel. Sólo que lo negó por egoísta, un término que precisamente justifico el germano en las últimas horas, y al que ahora este indiscreto ingeniero le está dando la razón.
"Durante todo el tiempo que usó la nueva ala, se quejó de que no funcionaba mejor que la antigua. Mark simplemente no tuvo buenas sensaciones con ella, pero cuando sólo quedaba una, Mark absolutamente quería tenerla. No le importaba en absoluto cuando todavía teníamos dos alas nuevas", manifestaba algo sorprendido el ingeniero por lo que luego se había visto. A diferencia de Sebastian Vettel a quien sí le gustaba cómo funcionaba el nuevo componente.
Por lo que este ingeniero defendió la elección que en ese momento tomó el equipo, quitándole la derecha a Mark Webber.
"Creemos que la decisión de la dirección del equipo fue bien razonada y lógica.
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