De la aventura en la cabeza de un soñador a rumores infundados, de rumores infundados al deseo de la gente, de la gente a la realidad y de la realidad al acercamiento que tendrán el manager de Michael Schumacher y los dirigentes de Mercedes. Así parecen vivirse las etapas en este nuevo objetivo que definitivamente parecen compartir los dos iconos más grandes que tiene Alemania dentro del automovilismo.
Cuentan por ahí que la reunión de Weber con Ross Brawn y Nick Fry es para formalizar el acuerdo, los detalles más de chicos de un papel al que solo le falta la firma. Porque ya ni en el ámbito más cercano al piloto más ganador de todos los tiempos, se esconde su deseo de regresar a la actividad.
Para colmo todas las movidas externas parecen prestarse para concordar su acercamiento. Luca di Montezemolo no pone trabas y lo libera de su papel de asesor. Sabine Kehm que es la portavoz de Michael, abandona Ferrari para trabajar a tiempo completo con el campeón en 2010, y como si fuera poco se muda de residencia, abandonando la de Ginebra para habitar una más cerca de donde se hospede el alemán.
A lo que hay que agregar que la gente que se encarga del merchandising del heptacampeón, ya tendría preparada una buena partida de gorras, chaquetas y réplicas del casco rojo pero pintado en color plata con inscripciones de la flecha.
Por si no alcanzara para soñar, fue el mismo presidente de Ferrari, Luca di Montezemolo, quien dolorosamente reconoció el interés de Schumacher por volver a competir con Mercedes y no con una Ferrari.
"Desde Abu Dhabi no hablaba con él, pero me dijo que había una posibilidad muy, muy, muy fuerte, aunque no es seguro al cien por cien", reveló el italiano, agregando que, "cuando no pudo pilotar en agosto quedó destruido, ni siquiera pudo probarse a sí mismo".
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