Después que saliera a la luz la noticia de que la asociación de pilotos de Grandes Premios (GPDA) estaba en desacuerdo con la FIA por el elevado precio de las superlicencias que permiten a los pilotos correr en las temporadas de Fórmula 1, el mismísimo presidente del automovilismo mundial, el británico Max Mosley, salió a responder los comentarios de los pilotos que planeaban resistirse a pagar la licencia diciendo que "es estúpido que se resistan a pagarla con lo que ganan" siendo que aquellos pilotos que ganan 10 millones al año, solo aportarían el 2% del presupuesto.
Los nuevos precios que impuso la FIA, son de 400 Euros más que en 2008 y de 100 por cada punto obtenido en el campeonato pasado. Comentó a la prensa que la superlicencia no es opcional, pero si obligatoria ya que es una acreditación que como se mencionó, permite la participación del piloto durante todas las carreras de la temporada y además, los aumentos en esta acreditación son los beneficios que reciben los pilotos invirtiéndose en aspectos de seguridad. Por ahora, ningún piloto ha presentado la solicitud para adquirir la licencia pero igualmente, Mosley no se muestra preocupado ante la situación y admitió que está dispuesto a hablar con todos los pilotos para tratar de llegar a un acuerdo.
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