A principios de año jugo el papel de villano, robándole a Silverstone la posibilidad de seguir siendo el escenario característico de Gran Bretaña para la F1. Pero Donington Park falló en su intento de querer quedarse con la organización de la carrera, Bernie Ecclestone quedo mal en el amague y por ende el mandamás tuvo que recular, buscar el traje de héroe y ponérselo para devolverle a su pueblo, al estilo Robin Hood, lo que el mismo estuvo a punto de robarles: su Gran Premio.
Al final de la novela, el BRDC, o mejor dicho… el club de pilotos de carrera británicos, pudo asegurar el futuro a largo plazo del Gran Premio Ingles por diecisiete años. Y Ecclestone, presidente de la FOM, orgulloso decía, "Estoy contento por el acuerdo al que hemos llegado con Silverstone, para albergar el Gran Premio de Inglaterra. Esto asegura que Gran Bretaña se mantendrá en el calendario durante muchos años, que es algo que yo personalmente quería que sucediera."
Había otras opciones
Según el supremo dueño de nuestro circo, otras sedes estaban agazapadas por si se caía Silverstone del calendario. No en Gran Bretaña, porque en Europa la realidad indica que no hay dinero como empezar de cero con un circuito. Pero si en otros horizontes, en donde según Bernie, ya estaban cansados de las quejas y gimoteos. "Se ha tardado demasiado tiempo, pero ahora tenemos Silverstone para años," añadía.
Por último, Ecclestone reconoció que si hubo un recorte en las pretensiones no fue por un gesto hacia los organizadores sino hacia los aficionados. "Yo no tenía ningún interés especial por el GP de Gran Bretaña, pero si la por gente que ayudó y eso es bueno."
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