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Canguro gitano

domingo, 1 de agosto de 2010


Si le digo que Sebastian Vettel largó bien, mantuvo la pole, le sacó nueve segundos a su inmediato perseguidor en las primeras once vueltas, no cometió ningún error y terminó la carrera tercero ¿me cree? Y si le digo que el germano fue penalizado por… por… eh… ¡ah me acorde! por no respetar el tiempo de acompañamiento del safety car ¿también me cree?

Pues bien, estas son las normas que se eligieron para acomodar el desorden y que mejor comprende Mark Webber. En una carrera que estaba siendo dominada por su compañero en la primera parte, un elemento extraño, despedido vaya saber uno por qué coche, provocó la salida del safety car, el caos y la confusión de Vettel.

El australiano se quedó con la cuarta victoria del año que le permite retomar el liderazgo del campeonato. No había comenzado bien la carrera, el lado sucio del segundo cajón le paso factura y Fernando Alonso lo superó ni bien se apagó el semáforo. Pero salió el safety car en la vuelta 16 se metieron todos a boxes y el decidió quedarse en la pista, tratando de hacer el colchón necesario con los neumáticos blandos, aprovechando que sus rivales iban a poner los duros.

Lo bien que hizo, porque entonces se hizo el caos. Entraron todos, Vettel, Alonso, Massa, Kubica y el polaco cuando sale, se topa con Sutil. Los de Renault cometieron el error de no retener al polaco, de no advertir que venía el de Force India y se pegaron los dos. Abandonando el germano en el lugar y unas vueltas más tarde Kubica. Pero eso no era todo, al mismo tiempo, en Mercedes se estaba ejecutando el pit stop de Rosberg con la omisión de que no ajustaron bien su rueda trasera derecha, el neumático se salió, siguió su curso como bala por calle de boxes, topo con un mecánico de Williams y empezó a saltar por los aires provocando el terror.

Y la estrategia funcionó para Webber, porque además contó con la ayudita de los comisarios, que decidieron aplicarle un drive trough a su compañero por haberse dormido en el reinicio de la carrera y no respetar los segundos de distancia con el auto de seguridad y con quienes lo precedían.

Terrible desperdicio de oportunidad el de Vettel, porque para ese entonces Lewis Hamilton, puntero del campeonato hasta hoy, había abandonado en la vuelta 24 y Button que era su escolta marchaba muy lejos: décimo. Pero esto tampoco achica el trabajo de Webber, quien a sabiendas de que necesitaba una brecha de más de 20 segundos para reincorporarse en cabeza, realizó récord tras récord hasta asegurarse un margen que le permitiera regresar primero, y lo logró.

Ambos Red Bull quedaron partidos al medio por Fernando Alonso, quien hizo a mí entender, el mejor trabajo del año. Porque hizo lo que tuvo a su alcance para incomodar a los Red Bull, superando primero a Webber, para luego contener en la última mitad a Vettel. En una simple frase, se puede decir que los partió al medio. Porque debemos reconocer que con otro piloto arriba de la Ferrari, hubiera sido 1-2 de Milton Keynes

No obstante, el trabajo de Massa ha sido aceptable, muy bueno, porque conservó el cuarto puesto en el que había largado y engrosó aún más el casillero de su escudería ¡buen chico!

Así las cosas, con Red Bull y Ferrari llevándose los puntos más importantes, un impresionante Vitaly Petrov logra el mejor resultado de su carrera para Renault, alcanzando el quinto puesto y salvando la fachada de Renault, que vaya siesta se pegaron en boxes al no avisarle a Kubica que venía otro coche por la calle de boxes.  

Encabezando Petrov una tándem de grandiosas actuaciones que completaron los primero diez. Puesto que sexto arribó Nico Hulkenberg en su mejor actuación con el Williams. Séptimo Pedro de la Rosa sumando puntos por primera vez en el año y adelantando al último campeón del mundo Jenson Button con el McLaren. Noveno Kamui Kobayashi tras haber partido vigesimotercero y penúltimo. Y décimo Rubens Barrichello quien nos regaló junto con Michael Schumacher el final más emotivo, creo yo, de todas las carreras que llevamos de la temporada.


Peleaban por el último punto, pero no era un punto, era la oportunidad de revelarse contra el hombre por el que lo contuvieron durante seis años. Desde que se fue de Ferrari, Barrichello nunca antes había tenido la oportunidad de pelearle mano a mano un puesto al káiser, de mostrarle sus garras.  Y hoy pelearon por el último punto como si fuera una victoria, pero una victoria psicológica, un triunfo mental  que le devuelve el destino al pobre Rubinho. 

Barrichello demoró su única parada hasta la vuelta 55, entonces salió detrás de Schumi a unos seis segundos. Pero el heptacampeón llevaba neumáticos duros ya gastados y Rubens Barrichello calzaba nuevos y blandos, en tres vueltas ya estaba a la cola.


Era dos segundos por vuelta más rápido el paulista, pero Schumi no le dejaba ningún hueco, hasta que… tras varios ataques, Rubens se le puso a la par en la recta principal, Schumi lo arrinconó peligrosamente contra el paredón y cuando vio que superó la prueba del KGZO, se abrió un poco más antes de la primera curva y lo dejo entrar. La lección de “si me quieres pasar debes luchar por ello”, Barrichello la había aprendido.

Ahora el que tiene que aprender es Schumacher, que alguna vez debería mostrar otra faceta en la pista. Aunque debo reconocer que extrañaba este Michael.

Ganó Webber y es más puntero que nunca, más ganador que nunca. Ya Vettel no lucha contra una racha, lucha contra una racha y su compañero. El rival de Sebastian dejo de ser Sebastian mismo, el rival es Mark, un canguro que en tierra de gitanos, estuvo más despierto que un gitano.

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