F1 - El mundo de la fórmula uno

El 13 de mayo de 1950 la máxima categoría del automovilismo se estrenaba a nivel mundial en un viejo aeródromo que sirvió como tal hasta la segunda guerra mundial y que hoy por hoy está ubicado en la región de Northamptonshire.
Silverstone es el lugar donde la Fórmula 1 disputó la primera carrera de su historia y ello ya define y describe lo que significa Silverstone en el circo de Bernie Ecclestone.
Aunque año tras año se amenace con dejarla fuera del calendario, Silverstone sobrevive a fuerza propia porque junto a Montecarlo, Monza y Spa Francorchamps, el circuito británico es un lugar donde todo piloto sueña con ganar.

Respecto a lo técnico, Silverstone tiene un parecido con Montmeló. Pero no por su dibujo, sino por el reto de sus curvas y sus rectas veloces.

Si bien la llegada de los motores V8, y el incremento de la aerodinámica aplacaron parte de sus desafíos, el circuito de Northamptonshire sigue siendo para valientes, ya que apenas se requiere el uso de los frenos, apretando el acelerador a fondo en el 66% de la vuelta, con una velocidad media de 180km/h. La aerodinámica tiene sus secretos. Pero también los hay en la suspensión, la altura de los coches y los neumáticos para sobrellevar los baches que muestra parte del dibujo, encuéntralos.
Aerodinámica

Como en Magny Cours, en Silverstone la carga aerodinámica es media-alta. Esto se debe a que el circuito británico presenta curvas rápidas que deben ser superadas con buen equilibrio para luego afrontar las rectas cortas, donde la pérdida de velocidad por la alta carga, no tiene incidencia. Además, como no hay fuertes frenadas los conductos de refrigeración de frenos se hacen más pequeños, lo que permite optimizar el rendimiento exclusivamente en lo aerodinámico.

Altura del coche

En Silverstone la altura del bólido se vuelve un punto crítico para su evolución durante el fin de semana dado que el circuito presenta importantes curvas rápidas, como son las primeras de Maggotts, Becketts y Chapel. Además la pista presenta importantes zonas bacheadas, y bordillos de apoyo en las curvas rápidas, para poder coger la mejor trazada, por lo que la altura del coche es fundamental.

Para este circuito británico, los coches ruedan con un tren delantero más rígido y el posterior más blando. Esto se debe a que la rigidez delantera le permite al coche tener un buen cambio de dirección en las curvas rápidas y lentas, mientras que una parte trasera más blanda, le ofrece al piloto una mejor adherencia en tracción, especialmente en las curvas 9, 11 y 16.

Junto a los circuitos de Spa Francorchamps y Montmeló, Silverstone es uno de los más exigentes para los neumáticos Bridgestone. Sus numerosas curvas rápidas requieren de un alto apoyo aerodinámico, lo que sumado a los baches, demanda un alto gasto del caucho. Es por ello que Bridgestone pone a disposición de los equipos, los compuestos medio y duro de su gama 2008.

Silverstone se completa con el acelerador pisado a fondo en el 66% de la vuelta. Un porcentaje que está ligeramente por debajo de la de años anteriores debido a la presencia de un único proveedor de neumáticos, Bridgestone, pero que sigue necesitando de un motor que siga respondiendo bien a altas revoluciones en las curvas rápidas. En cuanto a la refrigeración, no hay un punto crítico o exacto, cada uno lleva su librito.

Dada la velocidad de sus curvas, la penalización pro rodar cargado de combustible es bastante alta. Se calcula que dos vueltas extras de combustible costarían dos décimas de segundo más por vuelta. Lo que significa que no se verán excesivas variaciones en cuanto a la estrategia habitual, de dos paradas en boxes.