“Silverstone es un circuito muy excitante, sobre todo la primera mitad, realmente rápida. Se llega a la primera curva en 7ª y, si el día es bueno, entras a por todas: pedal pisado al 100% y sin frenar. Es una curva de valientes, mucho más difícil que la de Eau Rouge en Spa, por ejemplo.
Después se llega a Becketts, una parte increíble del circuito. La entrada tiene muchos baches y hay que colocar bien el coche para el giro a derechas, que siempre puede hacerse con el gas a fondo.
A continuación llega un cambio de dirección muy rápido a la izquierda, pero sigues sin tocar el freno. Reduces una marcha y frenas el coche derrapando con las cuatro ruedas, un momento divertido. Reduces otra marcha más para la siguiente curva a derechas, de nuevo sin frenar, donde se sufre un ligero subviraje que se contrarresta abriendo gas a fondo para la salida a la recta Hangar.
Al final de la recta Hangar encontramos Stowe, el primer momento de la vuelta en que se tocan los frenos. Hay que recordar que están fríos, de modo que sus características son algo distintas de lo normal. En el momento de frenar ya estás tomando la curva, por lo que es difícil superar a nadie en frenada y hay que esperar un cierto sobreviraje al entrar.
Sigue una recta corta que termina en Club, la primera frenada fuerte de la vuelta. Hay que subirse a los pianos con decisión en la entrada a izquierdas, antes de tomar el giro a derechas, que se hace en 2ª y acelerando hasta 5ª en la salida. Se necesita tener muy buena tracción, lo que será especialmente duro este año.
A continuación llega la zona de frenada de Abbey, que siempre es muy resbaladiza. La clave es asumirlo y no forzar el coche. La salida es algo bacheada y el año pasado se podía confiar en el control de tracción para tomarla con gas a fondo, pero este año será un momento interesante. Después llegamos a Bridge, que se toma sin dificultad a fondo y en 6ª, antes de girar a la izquierda en Priory, una curva delicada. Si tienes grip es fantástico y resulta muy divertida de tomar, pero si pierdes todo el agarre se convierte en una pesadilla.
Después llega Brooklands. Se reduce a 2ª y, conforme avanza el fin de semana y aumenta el grip, se puede subir más a los pianos del interior. Luffield es el último giro, largo y a derechas, en 2ª. La entrada a la curva es siempre bastante neutra porque la frenada es agresiva, pero encuentras entonces un cambio de asfalto que, cualquiera que sea el reglaje del coche, provocará subviraje a media curva. Se contrarresta con el acelerador y se abre gas hasta la recta de boxes”.
El experimentado piloto austriaco, tester del equipo Honda, tuvo la gentileza de contar como se hace una vuelta en el mítico trazado británico. Ahora disfruta de cómo lo cuenta Lewis Hamilton, traducido por un italiano. Sentate, callate y agarrate!!!
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