Yo era solamente un niño.
Un niño de 5 años.
Tíos y abuelos festejaban la nueva antena parabólica sábado por la mañana. era el gran día del GP de Brazil, a inicios de 1983.
Un cierto Rosberg había clasificado, pero la apuesta general de los adultos era por Piquet, el agresivo y destinado a enamorar todas las mujeres que pasasen por delante de él. y siempre preparado para una buena pelea delante de las cámaras. En la anterior carrera nelson no había terminado, y ahora el temible keke es pole.Arnoux, prost, Alan Jones, todos son nombres nuevos...
La última pausa comercial acaba, escuchamos al locutor en ese extraño idioma que es el portugués, anuncia la inmimencia de la largada, y una orquesta insoportable se apodera de mi pecho, ojos fijos en la pantalla, el cuello rígido, las manos quietas.
De ahí hasta Kyalami, sería la taquicardia lo que más recuerdo de la F1. esa misma taquicardia que a dos semanas del GP de Australia, comienzo a sentir en las manos. cada mediados de marzo, la orquesta vuelve a mi pecho
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