cuando en 1922 Howard Carter corría contra la arena suelta para alcanzar a los obreros que estaban entrando en la tumba, no sabía que años por delante estaría arrepentido. todos aquellos que entraron murieron con excepción del egiptólogo, y también debemos contar al perro y el canario de lord Carnarvon, patrocinador de la empresa. Carter tuvo que vivir dos décadas más, lleno de miedo y sospecha por la maldición. cada fiebre, cada estornudo, todo martes trece era una sospecha. veinte ños de terror también pueden ser una maldición efectiva.
En 2009, a falta de mejores cosas para hacer, contratan al arquitecto John Rohdes para reformar Silverstone. el Rey de los lemures Bernie Ecclestone se queja de instalaciones poco confortables, como si los verdaderos genios sucios de grasa y gasolina que precedieron este bando de maricas se hubieran importado con tener un paquidérmico Motorhome con aire acondicionado o SKY. Todo bien, Silverstone no era más que una sombra del endemoniado templo de caballos de acero que recibió a los semidioses en 1950. pero a cada plástica nos alejamos más del inicio, ahora perderemos la Bridge.
la reforma usa algunas de las pistas aéreas centrales originales, lo que demuestra respeto por el cadáver. pero la silverstone del futuro no será ya aquella bucólica casa de los vientos, y si un ruidosa infraestructura de entretenimiento internacional con grandes alternativas de consumo. Jstamente aquello que le dá mala fama al capitalismo
entonces, culebras y lagartos para tí Bernie, que la maldición caiga sobre todos los que profanaron (agaaaain) la piedra fundamental de nuestro rito. que mueran tus perros aullando, tus arquitectos de fiebres indefinidas, que tu Notebook sea plagado de virus persistentes y que tu celular sea inactivado por error!! todo esto y más será poco, pues has despertado la furia de Fangio, Gilles, y Senna!!!!
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