Después de muchos años como proveedor de motores para McLaren, el siguiente paso de Mercedes es incorporarse a las carreras de Fórmula 1 en esta temporada, siguiendo su adquisición, el pasado mes de Noviembre del equipo Brawn GP. La gigante alemana no parece nerviosa, es más, puede presumir de formar parte de una de las asociaciones más duraderas en la historia de la Fórmula 1.
De hecho, Mercedes no es la primera vez que participa en Grandes Premios, sino que estuvo en uno de estos primeros eventos, concretamente en 1894 participó en un Gran Premio de Francia que se disputaba entre Paris y Rouen, y su relación con las carreras de Grandes Premios son tan viejas como el mismo deporte.
Las carreras de coches tomaron popularidad después de la Primera Guerra Mundial, cuando los coches fueron ganando de forma progresiva en potencia, y empezaron a construirse los primeros circuitos, normalmente cerrando carreteras públicas para celebrar los eventos. Daimler (de Daimler-Benz, creadores de Mercedes) fue una de las primeras compañías en construir motores sobrealimentados para las carreras, la sobrealimentación (que consiste en inyectar aire al motor) ha demostrado su aplicación en aeronaves y motores navales.
La potencia de sus coches, rápidamente empezó a incrementarse, y en 1928 el poderoso SSKL de 6.8 litros consiguió la victoria en el Gran Premio de Alemania celebrado en Nurburgring, consiguiendo un triplete en el podio, con Rudolf Caracciola en lo más alto del podio.
A primeros de la década de 1930, el régimen Nazi en Alemania descubrió el poder propagandístico de las carreras de coches, y los equipos de Mercedes y Auto Union se unieron para construir los coches más rápidos del mundo. Pero una nueva normativa introducida en la carreras de Grandes Premios se introdujo en 1934, que pretendía acabar con el desarrollo de potentes coches cada vez más pesados, que en ocasiones superaban la capacidad tecnológica de los neumáticos que tenían que llevar, así surgió la Fórmula 750 kg.
Mercedes tuvo una entrada más que aceptable en la nueva modalidad, el W25 se convertiría en uno de los coches más famosos del mundo, después de que la noche de antes del Gran Premio de Nurburgring, el director de carreras Alfred Neubauer descubriera que sus coches superaban en 1 kg la normativa, ordenando a sus mecánicos que retirasen la capa de pintura blanca, dejando al descubierto la plateada aleación de la carrocería. Acababa de nacer la leyenda de "Las Flechas de Plata".
Los niveles de potencia siguieron incrementándose hasta que los coches de carreras empezaron a alcanzar los 500 caballos de potencia, y en 1935 Caracciola consiguió los campeonatos de Europa y Alemania ganando 9 de 10 carreras.
Era una época excitante, dramática e increíblemente peligrosa. La velocidad y desarrollo de los coches de carreras estaban mucho más desarrolladas que las medidas de seguridad, que no iban mucho más allá que unas pacas de paja cuadradas en algunos puntos de los circuitos. Fue una tragedia simbólica cuando, en vísperas del comienzo de la Segunda Guerra Mundial, en 1939, el piloto británico de Mercedes, Richard Seaman se mató en un terrible accidente en Spa.
Las carreras fueron suspendidas durante la guerra, y con las industrias alemanas devastadas, tomó algún tiempo que Mercedes regresara a las competiciones. Neubauer mantuvo su entusiasmo en esos días oscuros, y tras las hostilidades inscribió tres de sus coches, modelos anteriores a la guerra, en una carrera argentina en 1951.
Pero el regreso estuvo completado cuando en 1954 se incorporó a la nueva categoría de Fórmula 1, con el fantástico W196, una adaptación del deportivo 300 SL, propulsado por un motor de inyección con 8 cilindros en línea. Juan Manuel Fangio y Karl King conseguirían un doblete en el primer Gran Premio de ese año, el Gran Premio de Francia, y Fangio lograría alzarse con el campeonato mundial.
Pero su dominio fue corto. En 1955 Mercedes se vio envuelto en uno de los accidentes más dramáticos de la historia del motor, cuando en Las 24 Horas de Le Mans, el Mercedes de Pierre Levegh cayó sobre una grada de espectadores a más de 240 kmh, matando a 79 espectadores. Después de esto, Mercedes no regresaría a las competiciones de motor hasta 1984, participando en carreras de turismos y deportivos.
10 años después la firma alemana hacía su regreso a la Fórmula 1 como proveedor de motores para Sauber en 1994, y un año después uniría sus fuerzas a McLaren. Algo que hizo que los motores de Mercedes McLaren se convirtieran gradualmente en los dominadores, consiguiendo que Mika Hakkinen lograra dos títulos mundiales de pilotos, y ganando el campeonato de constructores en 1998.
Por aquel entonces, Mercedes estaba integrada en McLaren, que había comprado una parte del equipo. Pero en términos de resultados, parece que la alianza tuvo problemas en la siguiente década. Y, a pesar de que estuvieron cerca de conseguir el título en varias ocasiones, no sería hasta la llegada de Lewis Hamilton en 2008, que volverían a conquistar el título de pilotos. Pero incluso entonces, le fue negado el título de constructores, que fue a parar a su eterno rival, Ferrari.
La siguiente temporada, 2009, empezaba un nuevo capítulo para Mercedes en la Fórmula 1, cuando se convirtió en proveedor de motores para Force India y Brawn GP, además de continuar con McLaren. Inmediatamente, el dominio de Brawn GP fue aplastante, y al final de la temporada, en el Gran Premio de Abu Dhabi, el equipo conseguía los dos títulos, pilotos y constructores.
Hace poco más de un mes, Mercedes anunciaba su deseo de volver a vender su 40% de McLaren, y la compra de Brawn para que en 2010 se convirtiera en su propio equipo, Mercedes GP, haciendo su primera participación como escudería desde 1955. Así, con el pedigrí de una marca como Mercedes, el talento natural de Ross Brawn, y las manos del siete veces campeón del mundo Michael Schumacher, les convierte en un equipo formidable. Puede que este equipo sea nuevo, pero sus rivales no deben subestimar sus posibilidades.
0 Responses to Mercedes GP, un nuevo equipo con mucha historia