Si la maniobra de Hamilton y Vettel fue de lo más hablado en el Gran Premio de China, en primer lugar, no miraron la carrera ya que abundaron maniobras de adelantamiento, y en segundo lugar, la miraron y se perdieron cuando Fernando Alonso y Felipe Massa luchaban por ver quien doblaba primero la curva, ¿la última curva?, no, la curva de entrada a boxes. Una mala salida del brasileño después de la larga recta hizo que su compañero de equipo, mucho más experimentado sobre el agua, lo igualara y en una maniobra característica de luchas de los años '80, Fernando sobrepasa a Massa obligando al paulista a colocar 2 ruedas sobre la grava, un valioso tiempo. Pero no solo tiempo. Llegar a boxes por delante de su compañero de escuadra, hizo que Alonso, sumado a un magistral manejo, llegara en 4° lugar luchando con Nico Rosberg por adelantarlo y así subir al podio. En tanto que Massa, perdió varios segundos esperando la salida del bicampeón mundial de Fórmula 1. Resultado final, Massa llegando 9°, sumando 2 puntos gracias a la pobre conducción de Michael Schumacher que nada podía hacer con su monoplaza en pista, a pesar de encontrarse en las condiciones que lo apodan como rey y perdiendo la punta del campeonato mundial por varios puntos, 19 contra el nuevo líder, valga la redundancia, Jenson Button. Al final de la competencia, nadie quiso decir nada, lo que hacía de suponer 2 cosas: que la relación comenzaba a quebrarse duramente o que la maniobra de superación del español había pasado solo como una circunstancia de competencia. Días después de la carrera en Shanghai, y mientras los equipos y pilotos se encontraban allí esperando la habilitación del tráfico aéreo producto de las complicaciones que estaba trayendo las nubes de cenizas del volcán islandés, Felipe Massa aseguraba que por supuesto hablaría con Fernando acerca de la maniobra de entrada a boxes, donde se puso en riesgo la continuidad de ambos pilotos en la carrera. Alonso, por su parte, en un tono algo enojado, respondía a la prensa mundial que nada ni nadie terminaría con la buena relación interna del equipo Ferrari. Parece ser que la relación ha quedado intacta, pero ya comienzan a verse ciertos niveles de superioridad dentro de la escudería italiana. Lo curioso es que la maniobra ni siquiera pasó por una advertencia de los comisarios de la Federación Internacional del Automovilismo, que igualmente no están siendo tan rigurosos como otras temporadas, lo que asegura una competencia feroz entre los máximos aspirantes al título mundial, rememorando las gloriosas épocas de la máxima categoría del automovilismo mundial.
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