Alonso ya ha utilizado tres de los ocho de los que dispone para todo el año, aunque sólo es inservible el que rompió en Sepang
«Tenemos un pequeño problema de fiabilidad y habrá que trabajar para solucionarlo».
Las palabras que llegan desde Malasia de Stefano Domenicali son toda una orden en los cuarteles generales de Maranello.
El «capo» de la escudería Ferrari daba la voz de alarma al finalizar la carrera de Sepang, tras la que los pilotos del equipo rojo continúan al frente de la clasificación de pilotos (ahora el líder es Massa, con dos puntos sobre Alonso), con el equipo también al mando del Campeonato de constructores.
Pero la rotura de motor de Fernando Alonso a dos vueltas del final da qué pensar en la casa «rossa», más cuando en Bahrein tuvieron que sustituir por precaución ambos propulsores y sólo se pueden utilizar ocho por coche en todo el Campeonato.
Son otras circunstancias, pero no deja de resultar sospechoso que los Sauber, impulsados también por un motor de «cavallino», se quedasen igualmente tirados en Sepang.
Entre unas cosas y otras, Ferrari ya ha colocado tres motores diferentes en el monoplaza de Fernando Alonso.
La situación no es tan grave como podría parecer. En realidad, solamente uno de ellos es del todo inservible. El que terminó su vida súbitamente en Malasia cuando el asturiano peleaba por ganarle un puesto a Jenson Button.
En la primera carrera del año, en Bahrein, las alarmas se encendieron el mismo domingo en el box de Ferrari.
Había peligro de avería en la carrera y tanto Massa como Alonso salieron a la pista con otro motor diferente al utilizado viernes y sábado. No hubo problemas y el asturiano ganó por delante de Massa.
«Aquello fue por precaución, de hecho pudimos seguir usándolo otras veces», explicó Alonso.
En los entrenamientos libres del Gran Premio de Australia montaron sin problemas el primer propulsor de Bahrein, igual que en la sesión del viernes de Malasia.
El domingo de Australia estrenaron en Ferrari una tercera unidad de su motor para asegurarse un Gran Premio tranquilo. Para la tercera cita, en Sepang, de nuevo el viernes pudieron trabajar con la unidad que había despertado recelos en Bahrein.
La duda queda a la hora de asegurar qué propulsor fue el que se rompía en Sepang. Si fue el que desempaquetaron para el domingo bahreiní, o bien el que estuvo montado en el F10 para la clasificación y la carrera de Australia.
En cualquier caso, y con la rotura sufrida, se trata de un motor que cumplía el ciclo de su segundo Gran Premio. Cada equipo dispone de 8 motores para las 19 carreras. Quiere decir eso que al menos tres de ellos deben durar otras tantas citas. Muy justito para Alonso.
El tino a la hora de conservar la mecánica será a partir de ahora un factor clave para Ferrari. Aunque la situación podría parecer comprometida, no lo es tanto a la hora de analizar las tres pistas del inicio del Campeonato.
Tanto Bahrein por las altas temperaturas, Australia por sus largas rectas y Malasia por la combinación de ambos factores son circuitos que castigan con dureza las mecánicas. Parece lógico por tanto dedicar los motores de corta duración para el inicio, si bien en Ferrari uno de ellos se agotó antes de lo previsto.
China (18 de abril) no debería suponer mayor problema para los propulsores. Es cierto que su recta es una de las más largas del Campeonato, pero el año pasado la carrera se disputó con bajas temperaturas, un punto clave a la hora de evitar sufrimiento a los elementos mecánicos.
Otro percance del estilo empezaría a comprometer las posibilidades del equipo durante la temporada. Algo así le sucedió a Red Bull el año pasado, que ya en la penúltima carrera Sebastian Vettel tuvo que renunciar a diez puestos en la parrilla porque habían agotado el cupo de toda la temporada.
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