Tras la actividad del viernes los pilotos manifestaron su queja en unanimidad en cuanto a la incidencia negativa que habían tenido los sobresalientes elementos de las chicanes. Los pianos resultaron más altos de lo normal, sobre todo en el primer contra viraje, donde el piloto comienza la vuelta rápida llegando de la recta principal con una desconsiderada velocidad. Y ello no ha caído bien en los muchachos que se juegan la vida en un circuito donde la velocidad media se acerca a los 300 km/h.
Por más que Charlie Whiting insista que los pianos de la primera y segunda chicane apenas sean dos pulgadas más alto de los que se usaron en la edición anterior, o similares a los de Ñürbürgring, "para mí, esas cosas son un riesgo para la seguridad," comentaba Timo Glock, quien vivió en carne propia su incidencia al sufrir un violento trompo en los nuevos 'pianos combinados' durante la sesión del viernes por la mañana.
Pero no es solo eso, según estimaron los ingenieros tras la primera revisación rigor típica de los viernes, los altos pianos podrían causar daños no sólo en los neumáticos sino también en el alerón delantero e incluso al chasis si el piloto golpea el piano en un ángulo incorrecto.
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