La paciencia que BMW había tenido por el piloto germano daba la sensación que se había agotado en Valencia. Allí el jinete alemán había tenido una deslucida actuación, no había logrado sumar puntos y el Gran Premio callejero se sumaba a los tantos en el que Nick no había podido encontrarle la temperatura a sus neumáticos.
Pero con su última y espectacular vuelta en el GP de Bélgica, Heidfeld reforzó en parte sus opciones de conservar su asiento en el equipo BMW Sauber. Ya que además de su milagroso giro final, Heidfeld demostró que también puede ser rápido en la clasificación.
El rendimiento del alemán fue alto durante todo el fin de semana, lo que recuperó la confianza de BMW. Pero no la de Mario Theissen, máximo representante del equipo teutón, quien siempre esperó hasta último momento por Heidfeld, consciente y seguro de las buenas aptitudes de su jinete. Y acaso el bigotudo Mario es lo que estaba esperando: una buena actuación que le permitiera mantener a Heidfeld sin recriminaciones.
Porque Theissen entiende que en un año que se avecina con muchos cambios técnicos no hay nada mejor que la estabilidad conductiva para contrarrestarlo.
Heidfeld tuvo la acertada decisión de entrar a boxes y colocar neumáticos de lluvia a falta de dos vueltas para el final lo que le permitió escalar de la séptima a la tercera posición final, que luego por penalización de Hamilton se transformó en segunda. "Eso dice mucho de un piloto a la hora de manejar las carreras y de su experiencia a la hora de juzgar lo que sucede en pocos segundos," explicaba Theissen.
Pero con su última y espectacular vuelta en el GP de Bélgica, Heidfeld reforzó en parte sus opciones de conservar su asiento en el equipo BMW Sauber. Ya que además de su milagroso giro final, Heidfeld demostró que también puede ser rápido en la clasificación.
El rendimiento del alemán fue alto durante todo el fin de semana, lo que recuperó la confianza de BMW. Pero no la de Mario Theissen, máximo representante del equipo teutón, quien siempre esperó hasta último momento por Heidfeld, consciente y seguro de las buenas aptitudes de su jinete. Y acaso el bigotudo Mario es lo que estaba esperando: una buena actuación que le permitiera mantener a Heidfeld sin recriminaciones.
Porque Theissen entiende que en un año que se avecina con muchos cambios técnicos no hay nada mejor que la estabilidad conductiva para contrarrestarlo.
Heidfeld tuvo la acertada decisión de entrar a boxes y colocar neumáticos de lluvia a falta de dos vueltas para el final lo que le permitió escalar de la séptima a la tercera posición final, que luego por penalización de Hamilton se transformó en segunda. "Eso dice mucho de un piloto a la hora de manejar las carreras y de su experiencia a la hora de juzgar lo que sucede en pocos segundos," explicaba Theissen.
Consumado el GP de Bélgica, cuando se le preguntó nuevamente por el 2009 el alemán añadió: "No tendremos estabilidad técnica el próximo año, y la estabilidad es algo positivo."
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