El GP de Bélgica quedaba en manos de Kimi Raikkonen, quien había dominado toda la carrera. El británico estaba destinado al segundo lugar del podio y hacía negocio para el campeonato, pero la lluvia hizo su aparición cuando faltaban dos vueltas y paso de todo.
En una batalla que va quedar para la historia, el moreno alcanzó al campeón del mundo, lo superó, pero ambos sin poder controlar el auto en el agua se fueron brevemente afuera, volvieron y Kimi lo hizo delante del inglés. Se encontraron nuevamente en la stopbus, Hamilton la cortó, lo pasó y para no se penalizado le dio el lugar pero con astucia (está siendo investigado), porque se quedó en la succión de Kimi y lo volvió a pasar en Le Source. Parecía que Lewis entonces se escapa en la última vuelta, pero se encuentran un Williams volviendo a la pista, Lewis se va a afuera y Kimi es otra vez primero. Entonces parecía que el finlandés iba a ser el que iba a prevalecer primero, pero el agua ya era demasiada en la pista y Kimi hace trompo una vez, vuelve sin perder mucho con Hamilton y hace trompo otra vez acabando contra el muro. Conclusión: el rey quedó en mate y asoma un nuevo rey.
Hamilton hizo la última e interminable larga vuelta de Spa a lo barco que lucha en medio de la tormenta. Massa que heredaba el segundo lugar no podía darle caza, la premisa era sobrevivir porque su barco también luchaba contra la tormenta.
Atrás, Toro Rosso estaba en la gloria, Bourdais quedaba tercero y Vettel cuarto, producto del abandono de Kimi y una parada obligada de Alonso en la penúltima vuelta. Pero sus barcos si naufragaron y del sueño pasaron al consuelo. El sebastian menor llegó quinto y el sebastian mayor se fue para atrás y arribó séptimo. Porque Nick Heidfeld y Fernando Alonso que pasaron por las acanaladas en la última vuelta hicieron un giro final extremo, de película que lo dejó al alemán en el podio y al asturiano cuarto. Definiéndose esto prácticamente en la línea de meta.
Para Renault un terrible tirón de orejas por parte del español. Porque a ocho vueltas del final el sabio bicampeón, especial en estas condiciones comenzó a preguntar por radio cuando venía el agua y cuando pasaba a buscar las de lluvias. Era el final por el que toda la temporada rezó Fernando. Lo intuía, lo esperaba con ganas, estaba preparado. Sólo hay que fijarse en su última vuelta con tiempo en boxes incluida. Pero Renault durmió y quedó certificado que no es el año del asturiano.
El que no durmió fue Timo Glock. Toyota parecía que se iba sin sumar de Spa Francorchamps, pero el alemán vio el agua, sacó la cañita y se pescó el último puntito. Puntito que le sirve a Toyota para mantenerse con holgura por delante de Renault.
Escribí recién que no era el año de Fernando. Pues bien tampoco es el año de Kimi Raikkonen. La carrera era de él. Volvía a la gloria en el circuito que más resalta a un piloto.
Sólo Jim Clark y Ayrton Senna habían ganado cuatro veces seguidas en Spa. Y Kimi se iba a sumar a esa lista. Pero desde el cielo los dos legendarios parece que no querían un tercero. Ahora Kimi queda a 23 puntos de Hamilton, que se anota Montecarlo, Silverstone y ahora Spa, todas con lluvias y en condiciones extremas.
El título está acabado. El rey muere con honores en su casa porque el jaque mate se lo acaba de poner un nuevo rey.
El título está acabado. El rey muere con honores en su casa porque el jaque mate se lo acaba de poner un nuevo rey.
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