De punta en blanco, Michael Schumacher recibía de manos del primer ministro de Francia, François Fillon, la insignia de oficial de la Legión de Honor, el más alto galardón que puede obtener un extranjero en ese país. El Kaiser, orgulloso, dijo: “Espero volver a vivir momentos como en el pasado”. El alemán no está disfrutando en su regreso, pero sigue con ganas: “Después de tres años retirado me siento extremadamente motivado y estoy preparado para el desafío”.
La próxima semana llega el GP de España y el heptacampeón de F-1 es cauteloso:“Mercedes dará un gran paso en Montmeló, aunque no sería realista fijarse como objetivo la victoria. Nuestro avance será más grande que en cualquier gran premio, pero no podemos pensar de repente en estar compitiendo con los mejores. Eso sí, espero mejorar respecto a China”.
Michael confía en Mercedes, pero sabe que no será el único en progresar: “Todas las escuderías llevarán coches mejorados en Barcelona, pero nosotros tenemos mucho potencial”.
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